miércoles, 11 de agosto de 2010
miércoles, 4 de agosto de 2010
Es 18 de junio y William Donato camina por los corredores de un centro comercial bogotano. Una semana antes, en las selvas del Guaviare, sintiéndose el ser más solo y olvidado de la Tierra, podía siquiera imaginar que ahora estaría aquí, de compras; que la gente se arremolinaría a su alrededor, le tomaría fotos y, entre lágrimas, le pediría autógrafos.
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